Ha llegado una nueva mujer al vecindario,
dos hijos y tres perros, y un marido elusivo;
la mujer, de cuarenta, tiene cierto atractivo;
tomo nota de entradas, de salidas, de horario.
La mujer, de cuarenta, camina con la airosa,
sosegada cadencia de quien no tiene prisa;
sabe mirar de frente, y esboza una sonrisa
que atraviesa la calle. Parece casi hermosa.
La mujer, de cuarenta, tiene cintura breve,
firmes senos redondos, caderas ondulantes...
¿Cómo pude mirarla sin llegar a ver antes
la exquisitez y el ritmo con que al andar se mueve?
La mujer, de cuarenta, se me va apoderando
de una zona del alma, y un rincón de la piel;
en sus labios de grana y en sus ojos de miel
parece haber un brindis que se va insinuando.
La mujer, de cuarenta, se ha tornado en marea
que ha invadido mi playa; la miro cada día
directa, intensamente, y ella me desafía
manteniendo la vista, como quien lo plantea.
La mujer, de cuarenta, me ha invitado a su casa.
El marido, al trabajo, los niños en la escuela.
Y en alcoba de espejos al fin se me revela
su desnudez espléndida, que me envuelve y abrasa.
por Francisco Álvarez Hidalgo
fotografia de autor desconhecido
4 comentários:
Ups!!! O prazer apodera-se da pele, do corpo, da alma mais intenso, mais poderoso...
Por se conhecer melhor, escutar melhor o desejo...sem que a idade importe...
Gostei....
Beijos e abraços
Marta
Mulher madura sabe seduzir.
Bjus
mmm... Marta...
E não é tão bom, saber escutar o desejo do outro?...
Beijo
Minha querida Nádia
tão plenamente verdade...
Beijo
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